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Foto-Ensayo: Sin justicia, no habrá paz: George Floyd respira a través del grito de millones

Por Patricio Zamorano
Desde Washington DC

Es difícil describir la energía comunitaria creada en esta semana de protestas masivas en todo el país. En Washington DC el sábado 6 de junio se vivió como una fiesta popular llena de simbolismos de toda índole: conmovedores, de rabia, de esperanza, de agresividad contenida, de belleza. Toda esa amalgama de sentimientos creados por el brutal asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis se reprodujo en las calles de la capital de EEUU, a metros de una Casa Blanca sitiada por enormes rejas de seguridad. Más de 200 mil personas, la más alta concentración en todo el país, pacífica, sin ningún arresto. En una ironía semiótica enorme, se instaló una barrera de metal para frenar el avance de las miles de almas y, al mismo tiempo, cimentó una trampa de encierro para el dueño de casa temporal, Donald Trump. El presidente, solitario en su intolerancia y lenguaje militarista, ha construido su propia realidad de agresión contra un sentir nacional de estupefacción y conmoción humanitaria que el millonario parece no entender en lo absoluto.

Donald Trump ha agregado un lamentable capítulo de deshumanización a su largo prontuario de pecados políticos. Todo comenzó con la historia delirantemente falsa que difundió por años, sobre el supuesto nacimiento del ex presidente Barack Obama en África. O quizás comenzó mucho antes, en los años setenta, cuando junto a su padre, Fred Trump, enfrentaba demandas judiciales del Departamento de Justicia por discriminación racial contra afroestadounidenses en los edificios que controlaba en Nueva York. Más recientemente, Trump demostró en toda su dimensión su desconexión con la realidad infame de otro asesinato, el de Heather Heyer, en Charlottesville, Virginia. Con su actitud de igualar al supremacismo blanco con las protestas pacíficas que se organizaron para oponerse al neonazismo estadounidense en ese pueblito del antiguo sur, Trump pareció ponerse junto al volante del joven de extrema derecha que lanzó su poderoso auto contra una muchedumbre, aplastando para siempre la vida de la joven abogada.

Ahora, tras una asfixia de pesadilla que nos unió a todos en el grito de “I can’t breathe!” (¡no puedo respirar!) frente a la parsimonia global de las cámaras, de un George Floyd que expiró frente a todos nosotros en 8 minutos de agonía, Trump nuevamente se auto ubica tambaleante en un precipicio amoral. Una ambigüedad que es peor que defender algún valor concreto, por repudiable que sea. Nos llegaron las filtraciones sobre cómo sus asesores más cercanos trataron de conminarlo a preparar un discurso presidencial que aquietara y uniera al país, que solidarizara con los hijos de George, con su esposa. Pero Trump, dicen las fuentes, no tenía nada que decir. No había alma en Trump para traducir todo esto en sentimientos. No hubo conmoción emocional del habitante solitario de la Casa Blanca. En su torpeza calculadora, decidió entonces caminar a la pequeña iglesia St. John, cruzando la plaza Lafayette frente a la Casa Blanca, y en su camino ordenó a punta de bastonazos, bombas lacrimógenas y brutalidad policial (!), limpiar el camino de manifestantes, para que, sosteniendo una Biblia, forzara una foto surrealista y confusa frente a la capilla colonial junto a incómodos funcionarios de su gabinete.  

En ese mismo lugar, se han concentrado miles y miles de personas conmovidas con el sufrimiento a plena cámara de George Floyd. En esa misma esquina, la alcaldesa de Washington Muriel Bowser ordenó cambiar los carteles de “Calle 16” por “Black Lives Matter Plaza” (“las vidas de los negros importan”). Con un agresivo graffiti auspiciado por la propia alcaldía, gigantescas letras amarillas de pintura para asfalto (que la lluvia no borrará por meses), enmarcan con el mismo “Black Lives Matter” el camino hacia la Casa Blanca. Edificio que, gran ironía del destino, destaca en su nombre la raza de todos los policías involucrados en casos de muerte, heridas graves, y abusos de miles de afroestadounidenses y otras minorías.

Ya no es solo la brutalidad policial el foco de las masas de estadounidenses que desafiando el coronavirus han decidido arriesgar un poco de lo que George Floyd entregó por completo. Donald Trump ha logrado de alguna forma transformarse en otro sujeto de crítica y contra-lucha de los cientos de miles de estadounidenses que han salido a las calles. Trump los ha declarado enemigos, terroristas, criminales. Frente a los grupos supremacistas blancos que han salido a protestar y asesinar, como lo demostró Charlottesville, Trump se ha guardado tales epítetos. 

¿Qué pasa por la mente de Trump en estos momentos de soledad moral y política, uno de los presidentes más impopulares de la época contemporánea, oculto tras los muros de la Oficina Oval? Los gruesos cortinajes de la Casa Blanca sin duda no bastan para silenciar las miles de voces que hacen retumbar los edificios bajo el grito de “Hands up, don’t shoot!” (¡manos arriba, no dispares!) y “Black lives matter!” (¡las vidas de los negros importan!), a pocos metros del solitario edificio de Pennsylvania Ave, en el corazón (herido) de Washington DC…

 

Reportaje fotográfico:
“Desde el Parque Malcolm X a la Casa Blanca: George Floyd vuelve a respirar”

Por Patricio Zamorano

 

Cinco de la tarde, comienza la reunión de manifestantes en el Parque Malcolm X, a unas 20 cuadras de la Casa Blanca (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“¡A abolir la policía!”. Parque Malcolm X (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Numeroosas mascotas participaron en la protesta. En la foto, el perrito “Cosmo”. (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

El eslogan se repetirá en todas las ciudades del país: quitar los fondos a los departamentos de policía hasta que haya reformas profundas (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

“Justicia racial, ¡ahora!”. (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

Voluntarios se distribuyeron en cada cuadra repartiendo sanitizador a los manifestantes (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Escalinatas del Scottish Rite Research Society, donde se instaló un escenario ambulante y punto de descanso. (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Familias enteras se unieron a la protesta. “Quitar los fondos a la Policía #NegroYCansado” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Edificio privado en Calle 16 donde cada departamento escribió frases de apoyo contra la brutalidad policial (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Otro de los eslóganes repetidos en la jornada, “¡No puedo respirar!”, en alusión a George Floyd y su asesinato (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

(Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
(Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
A dos cuadras de la Casa Blanca, en Calle 16. Alta concentración de personas, desafiando el riesgo del coronavirus (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Iglesia colonial de Saint John, donde Trump tomó la polémica foto sosteniendo una Biblia, después de reprimir a todos los manifestantes del área. Ahora, zona permanente de protesta (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

 

La Casa Blanca, apenas visible tras gruesas rejas (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
(Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

“Respeta la existencia” o “Enfrenta resistencia” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“Mi cuerpo no es un blanco de tiro”. Reja temporal en torno a la Casa Blanca (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Un afroestadounidense despliega los nombres de varias víctimas de violencia policial. Reja temporal en torno a la Casa Blanca (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Frente a la Casa Blanca, Calle 16 y H (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Frente a la Casa Blanca, Calle 16 y H (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, está en directa lucha contra Trump. Exige que se saquen las tropas de la Guardia Nacional de la ciudad. Cambió el nombre de la calle frente a la Casa Blanca por “Plaza ‘Las vidas de los negros importan'” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Vista de la Casa Blanca rodeada por manifestantes, ya al anochecer. (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Foto a gran distancia, donde se distingue personal de seguridad de la Casa Blanca (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

Otro eslogan común durante las protestas, “¡Vota!”. Simboliza la estrategia de enfrentar a Trump a través del voto electoral en las elecciones de noviembre de este año (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“El color de la piel no es una razón de sospecha” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

“¿Es la vida también un privilegio de los blancos?” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
(Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“El racismo es tan estadounidense que cuando se protesta contra éste, la gente cree que estás protestando contra Estados Unidos” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“¡Nos has tenido ‘jodidos’ (improperio en inglés en el original) por demasiado tiempo!” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).

 

Dos fotos anteriores: jóvenes voluntarios cuidaron a los miles de manifestantes con agua y fruta gratis (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Foto en acción: “El racismo no se se está poniendo peor: está siendo filmado” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
(Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“Demando justicia. No justicia, no paz” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Anocheciendo tras más de 6 horas de protesta continua (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
Policías descansando cerca del parque Malcolm X, junto al cartel “A desfinanciar a la policía” (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
“Desfinanciar a la policía” junto al cartel de tráfico de “Dirección única”, ya anocheciendo. Oficial de policía cruza la escena, junto a patrulla de DC (Crédito foto: Patricio Zamorano y www.COHA.org).
El autor, en la reja de perímetro de seguridad de la Casa Blanca. “Las vidas de los negros importan…”