Bolsonaro, el coronavirus y la crisis democrática en Brasil
Por Marcia Cury
A primera vista, las declaraciones del presidente de la República de Brasil, Jair Bolsonaro, pueden causar asombro o incluso dudas sobre la intencionalidad de sus palabras. Sin embargo, no es sorprendente si las ubicamos en el contexto de la paranoia retórica en la que este gobierno siempre está inmerso. Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus que está asolando al mundo, y en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido medidas preventivas, el presidente brasileño ha llamado la atención por sus declaraciones públicas y la negativa a adoptar conductas preventivas. Al contrario de todos los pronósticos sobre las consecuencias de la infección, Bolsonaro insiste en minimizar los riesgos que plantea el virus y contrarrestar las pautas de aislamiento social. La enfermedad es tratada por él como “fantasía” propagada por los medios de comunicación e “histeria”.[1]
Los discursos e inacciones de Jair Bolsonaro reprodujeron aspectos ya conocidos de sus prácticas políticas. Pero, en medio de una crisis sin precedentes, su comportamiento enciende la advertencia sobre la ruta que puede tomar el país y sus impactos políticos y sociales.
Bolsonaro y su negacionismo científico
Jair Bolsonaro nunca ha estado en el centro de atención por importantes proyectos que podría haber presentado a lo largo de su carrera política, sino por sus declaraciones en tono de broma sobre temas como la dictadura, el racismo, la homofobia y la igualdad de género, tan delicados para una sociedad desigual y violenta como la brasileña. El negacionismo científico guía la mayoría de sus discursos sobre los temas más diversos. Y ante la pandemia, no ha sido diferente. Una de las primeras acciones que demostró su tono de irresponsabilidad se produjo al declarar en red nacional su oposición a las medidas preventivas adoptadas por los gobernadores y alcaldes. Bolsonaro criticó las medidas de aislamiento social, citando los posibles peores impactos que el desempleo puede tener sobre la sociedad.[2] Según Bolsonaro, la vida de la población debe permanecer dentro del rango normal porque solo después de la infección de algunos individuos, será posible crear “anticuerpos y una barrera” contra la enfermedad.[3] Sus apariciones públicas, haciendo que sus seguidores se reúnan en las calles para saludarlo, también han sido comunes y atraen la atención de la prensa internacional.
La reunión continental ProSul[4], celebrada en videoconferencia el pasado 16 de marzo de 2020, convocada para discutir medidas conjuntas para combatir la pandemia, estuvo marcada por la ausencia del presidente brasileño. El ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, fue el representante del país. La otra demostración de la falta de compromiso de Bolsonaro con el tema ocurrió en su ausencia en la reunión de los presidentes de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo de Brasil para establecer objetivos conjuntos para combatir la propagación del virus en el país. Fue el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, el que representó al Poder Ejecutivo.
La erosión de la imagen de Jair Bolsonaro y las preguntas sobre su capacidad para enfrentar la crisis que encara el país se han intensificado en las últimas semanas con manifestaciones públicas de desacuerdos en las altas esferas del gobierno con respecto a medidas para combatir la propagación del virus. La población se encuentra atrincherada en confrontaciones públicas entre, por un lado, el ministro de Salud, quien defiende las políticas de aislamiento social, y por otro, los pronunciamientos y prácticas de Jair Bolsonaro, cuestionando permanentemente la gravedad de la pandemia. Esta divergencia ha causado sacudidas en la legitimidad del presidente, incluso entre los militares, que garantizaron la permanencia del ministro de Salud ante la amenaza de su destitución por parte del presidente. Tal desajuste en los discursos y recomendaciones oficiales ha llevado a la población a relajar la atención y el aislamiento social. Ahora, el centro de la controversia es la defensa pública por parte del presidente del aumento en la producción de la droga hidroxicloroquina para el tratamiento de pacientes con COVID-19. A través de la red de radio y televisión, Bolsonaro habló en favor del uso de esa sustancia,, que aún se está investigando y que está involucrada en debates entre médicos y científicos sobre sus resultados y sobre la efectividad real para el tratamiento de los casos de coronavirus.[5]
Usando la misma estrategia polémica de Trump
Lo que es notable es que, al igual que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, Bolsonaro utiliza la pandemia para alimentar su guerra ideológica permanente que, en medio de una crisis sin precedentes, pone en riesgo a la economía y a la frágil estabilidad democrática del país.
El presidente brasileño continúa actuando como si estuviera en una plataforma electoral, como un candidato que agita a sus seguidores. Ahora está atrapado por los indicadores económicos, que ya no muestran signos fuertes de crecimiento, y que pueden provocar una crisis debido a los efectos de la pandemia. A esto se suma su preocupación por permanecer en el poder y su sueño de ser reelegido. Con la postura habitual de quien no posee la dimensión real de responsabilidad que requiere su posición, Jair Bolsonaro recurre a discursos antisistémicos, dramas de persecución e ideas extremistas para exacerbar conflictos y tratar desesperadamente de mantener el apoyo de sus seguidores y su autoridad, cada vez más cuestionada.
El espectáculo elaborado por Bolsonaro y sus promotores ideológicos es una reedición sui generis de un escenario imaginario de la Guerra Fría, en el que la crisis pandémica sería una histeria causada por la oposición con fines políticos. Por ejemplo, utilizando las redes sociales como su herramienta principal, el presidente difundió la falsa noticia de la escasez en un centro de redistribución de alimentos en Minas Gerais, supuestamente causado por la política de aislamiento. La noticia fue cuestionada de inmediato y Bolsonaro eliminó las publicaciones.[6]
Económicamente, una guerra discursiva puede ser costosa. Los últimos ataques se han dirigido a China, el principal socio económico del país. A través de Twitter, su hijo y diputado federal Eduardo Bolsonaro (que está siendo considerado por el presidente como embajador brasileño en EEUU), y el ministro de Educación, Abraham Weintraub, culpan al régimen chino por la propagación del virus e insinúan ganancias económicas de ese país con la pandemia. Este último mensaje, eliminado por el ministro, recibió una respuesta de la Embajada de China en Brasil. El malestar se instaló y ahora se teme el desgaste en las relaciones económicas entre países hasta ahora socios y el daño inevitable a Brasil.[7]
Temor irracional al “socialismo” restringe ayuda estatal
Internamente, el tono conservador de la agenda política se une al de diferentes sectores sociales en su base de apoyo. Y ahora, en el reino distópico de la familia Bolsonaro, la fe también sirve como herramienta. El llamado de la población a realizar ayunos contra la pandemia fue uno de los mecanismos recientemente utilizados para alentar a sus fieles seguidores, presentes en gran número entre los evangélicos. Sin embargo, esta es una crisis que afecta a todos los sectores del país y costará la vida de muchos. La población más vulnerable sufre incertidumbre y la pérdida de ingresos ya real causada por la crisis.[8] Esto, especialmente por el hecho de ser un país con una gran cantidad de trabajadores informales, sin protección de ninguna política de seguridad social.
La ideología antiestatal, propagada ferozmente por el presidente y su equipo, a pesar de estar presionada por la urgencia del hambre, insiste en resistir la realidad de los hechos y las cifras. La acción estatal es vista por el otro hijo del mandatario y concejal en Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro, como una señal de que el país está “avanzando hacia el socialismo”, ya que con la parálisis de la economía, la gente dependerá del Estado, “incluso para comer”.[9] Asimismo, para el presidente del Banco do Brasil, principal banco público del país, Rubem Novaes, es necesario resistirse a la acción pública, porque después sería difícil desmantelar un “estado asistencial”.[10] Solo después de la presión de la opinión pública y de la acción del Congreso Nacional, se revisó la propuesta anunciada por Jair Bolsonaro que buscaba permitir a los empleadores despedir y suspender libremente los contratos de trabajo. El Poder Legislativo ha garantizado una medida de compensación estatal a las familias que están perdiendo sus medios de trabajo e ingresos.
El Estado pagará el equivalente a $120 dólares, a diferencia de la propuesta inicial de $40 dólares por mes preparada por el ultraliberal ministro de Economía, Paulo Guedes. Ahora, la Medida Provisional prevé una reducción de los salarios de hasta un 70% por hasta 90 días, y la suspensión de los contratos de trabajo por hasta dos meses. Estas pérdidas salariales se compensarán extendiendo la póliza de seguro de desempleo, que ya existe en el país para ayudar a los trabajadores formales que pierdan sus lazos laborales.
Lo que está sucediendo ahora en Brasil es una crisis que agrupa problemas de salud pública, urgencias económicas e incertidumbres relacionadas con el escenario político. La inquietud y la insatisfacción de la población ya se escuchan en los cacerolazos contra Bolsonaro que resuenan en las noches brasileñas. Pero, al mismo tiempo que comienza a escucharse el grito de una parte de la sociedad contra el Presidente de la República, el miedo a lo que sigue con el aislamiento de Bolsonaro y la sacudida de su legitimidad también persigue a la democracia brasileña.
Actualmente, estamos presenciando, si no una inversión, una relativización del control civil de las Fuerzas Armadas, necesario en un régimen democrático. El Poder Ejecutivo está rodeado de nombres decorados con rangos militares, en la vicepresidencia y en 8 de los 22 ministerios, con acciones impregnadas de discursos nostálgicos en relación con el pasado dictatorial del país. La no beligerancia política que los militares deben respetar, está dando lugar a su politización, a veces con la confrontación directa con instituciones democráticas, como demostró la declaración del general Augusto Heleno refiriéndose al Congreso Nacional como “chantajista”.[11] También se aprecia esto en el rol de que los militares están adquiriendo como garantes del equilibrio de instituciones públicas, como ocurrió en lo mencionado anteriormente, cuando las fuerzas armadas presionaron para que el ministro de salud permaneciera en el cargo y así mantener las políticas públicas contra la pandemia.
En medio de la crisis pandémica, Bolsonaro sigue siendo Bolsonaro. No hay sorpresas en el desempeño de un gobernante que fue elegido por la exacerbación de los discursos conservadores y autoritarios, y bajo la influencia decisiva de la difusión de los llamados “fake news”. Pero el momento es delicado. Se ha demostrado que el escenario de una sociedad aislada, movilizada en torno a la salvaguarda de sus vidas y temerosa ante los impactos de esta crisis, es propicio para la manipulación política. Y el peligro es aún más drástico cuando va más allá de los discursos paranoicos y las acciones irresponsables de un presidente “bromista”, pero que todavía está controlado por otros actores institucionales. En ese contexto, se piensa en la posibilidad de que exista una dinámica de “co-gobierno” con los militares, personajes que representan un pasado autoritario reciente, y que se presentan como la nueva salvación para un país “perdido en sus desviaciones”. El momento también exige vigilancia para garantizar la supervivencia de la frágil democracia brasileña.
Márcia Cury es Senior Research Fellow de COHA, historiadora y doctora en Ciencias Políticas. Es también becaria postdoctoral en el Programa de Posgrado en Historia de la UEFS, en Brasil. Es autora de “El Protagonismo popular chileno: experiencias de clase y movimientos sociales en la construcción del socialismo (1964-1973)”. Santiago: LOM Ediciones, 2018.
Este artículo fue editado por Patricio Zamorano, co-Director de COHA y Senior Editor de español.
Crédito foto central: Congreso de Brasil
Notas al pie de página
[1]“Em evento esvaziado nos EUA, Bolsonaro nega crise e diz que problemas na bolsa acontecem”,https://www1.folha.uol.com.br/mercado/2020/03/em-evento-esvaziado-nos-eua-bolsonaro-nega-crise-e-diz-que-problemas-na-bolsa-acontecem.shtml
[2]“Pronunciamento do Senhor Presidente da República, Jair Bolsonaro, em cadeia de rádio e televisão”, https://www.gov.br/planalto/pt-br/acompanhe-o-planalto/pronunciamentos/pronunciamento-em-cadeia-de-radio-e-televisao-do-senhor-presidente-da-republica-jair-bolsonaro
[3]“Exclusivo!, Jair Bolsonaro fala que ‘coronavírus’ é ‘histeria’ e conta que vai fazer festa de aniversário”, https://www.tupi.fm/brasil/exclusivo-jair-bolsonaro-fala-que-coronovirus-e-histeria-e-conta-que-vai-fazer-festa-de-aniversario/
[4] Prosul (Foro para el Progreso de América del Sur). Nuevo foro de diálogo regional diseñado para anular las propuestas de Unasur, esta última organización que en su época reunió a los líderes más progresistas de América Latina. Prosul se propuso en 2019, como parte de las políticas propuestas por el surgimiento de líderes de derecha en la región. El foro se oficializó en la Declaración de Santiago, firmada por representantes de los siguientes países: Argentina (Mauricio Macri), Brasil (Jair Bolsonaro), Chile (Sebastián Piñera), Colombia (Iván Duque), Ecuador (Lenín Moreno), Guyana (embajador George Talbot), Paraguay (Mario Abdo Benítez) y Perú (Martín Vizcarra).
[5]“Pronunciamento do Senhor Presidente da República, Jair Bolsonaro, em cadeia de rádio e televisão”, https://www.gov.br/planalto/pt-br/acompanhe-o-planalto/pronunciamentos/pronunciamento-do-senhor-presidente-da-republica-jair-bolsonaro-em-cadeia-de-radio-e-televisao-4
[6]“Bolsonaro publica vídeo falso sobre desabastecimento e depois apaga”, https://www.agazeta.com.br/brasil/bolsonaro-publica-video-falso-sobre-desabastecimento-e-depois-apaga-0420
[7]“Eduardo Bolsonaro culpa China pelo coronavírus e Embaixada responde: ‘contraiu vírus mental’, https://www.cartacapital.com.br/carta-capital/eduardo-bolsonaro-culpa-china-pelo-coronavirus-e-embaixada-responde-contraiu-virus-mental/
https://twitter.com/BolsonaroSP/status/1240286560953815040 ; https://twitter.com/EmbaixadaChina/status/1247001670808154113
[8]“Efeitos econômicos negativos da crise do Corona vírus tendem a afetar mais a renda dos mais pobres”, https://ideas.repec.org/p/cdp/tecnot/tn003.html
[9]“”Partimos para o socialismo”, diz Carlos Bolsonaro sobre crise do coronavírus”, https://www.cartacapital.com.br/Politica/partimos-para-o-socialismo-diz-carlos-bolsonaro-sobre-crise-do-coronavirus/
https://twitter.com/carlosbolsonaro/status/1245323223459409920
[10]“Caiam na real: governadores e prefeitos oferecem esmolas com dinheiro alheio, diz Presidente do BB”, https://politica.estadao.com.br/noticias/geral,caiam-na-real-governadores-e-prefeitos-oferecem-esmolas-com-dinheiro-alheio-diz-presidente-do-bb,70003257728
[11]“General Heleno diz que Congresso faz chantagem para ficar com R$30 bi do orçamento”, https://www1.folha.uol.com.br/mercado/2020/02/general-heleno-diz-que-bolsonaro-e-alvo-de-parlamentarismo-branco-na-discussao-sobre-orcamento.shtml