Argentina, China, y la nueva Guerra de las Galaxias – Consideraciones en torno a la antena espacial en Bajada del Agrio
Por: Lic. Jorge Ignacio Frechero. Comentarista Invitado del Consejo de Asuntos Hemisféricos.
El 2014 fue un año trascendente en la relación bilateral entre la República Argentina y la República Popular de China. A mediados del mes de julio, el premier asiático Xi Jinping visitó el país sudamericano como parte de la gira que lo llevó también por Brasil, Venezuela y Cuba. Su periplo vino a conformar la “asociación estratégica integral” —tal como han definido oficialmente el vínculo— entre ambas naciones, cuyas bases se remontan al acercamiento concretado entre Néstor Kirchner y Hu Jintao hace una década atrás.
En el marco de esta última visita oficial, se suscribieron acuerdos y memorándums que evidencian el creciente peso de China en la realidad doméstica argentina, en los que se destacan compromisos de financiamiento para la construcción de las llamadas represas Kirchner y Cepernik en la Provincia de Santa Cruz (USD 4.700 millones), para el sistema ferroviario Belgrano-Cargas (USD 2.500 millones) y para la central nuclear Atucha III (aproximadamente USD 2.000 millones), así como también la renovación de un swap de divisas por un monto total de USD 11.000 millones (del cual se activaron unos 814 millones en octubre).[1]
Desde la perspectiva de la administración de Cristina Fernández de Kirchner, la importancia de estos acuerdos resulta notoria si se consideran además las dificultades económicas atravesadas a lo largo del año: tensión cambiaria, inflación, caída de las reservas internacionales y fuerte desaceleración de la actividad, sumado a las presiones suscitadas por la agudización de la batalla judicial con los Fondos Buitres y el Juez Griesa de Estados Unidos. Precisamente en este último tema, el apoyo diplomático chino fue sustancial, impulsando de manera conjunta con el G77, la iniciativa argentina en pos de un acuerdo multilateral que facilite la reestructuración de deudas soberanas en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas.[2]
No obstante, frente al consecuente entusiasmo oficial que exhibe el gobierno argentino en su vinculación con su par asiático, es necesario hacer un llamado de atención sobre las tendencias que acentúan la naturaleza asimétrica de la relación. La más evidente de éstas es el creciente desbalance en el patrón comercial que se expresa, por un lado, en intercambios que refuerzan la reprimarización de la economía argentina —en esencia, productos del complejo sojero a cambio de bienes manufacturados— y, por el otro, en un déficit de balanza comercial que en el último año superó los USD 6.200 millones y que acumula unos USD 23.000 millones desde el 2007.[3]
Pero más allá del plano económico bilateral, también se registran inquietudes de otras índoles. Así sucede por ejemplo con los acuerdos suscritos en materia espacial desde el año 2012 que involucran la instalación de una antena de gran porte para la observación del espacio profundo en la provincia de Neuquén (oeste del país). Bajo el eventual control de autoridades militares chinas, esta base podría volver a la Argentina en blanco estratégico en el marco de “la nueva Guerra de las Galaxias”, la actual carrera armamentística espacial en curso entre China, los Estados Unidos y Rusia. El presente trabajo repasa, en primer término, las concesiones y las características de radicación de la antena en suelo argentino, para luego ofrecer consideraciones sobre la vinculación entre este proyecto, el programa espacial-militar de Pekín y su competencia estratégica con Washington.
Una antena en las antípodas
En julio de 2012, el Canciller Héctor Timerman comunicaba la noticia que China estaba interesada en construir una instalación para la observación del espacio lejano en la cordillera argentina. En cuestión de escasos meses y tras considerar varias alternativas geográficas, en noviembre el gobernador neuquino Jorge Sapag junto con autoridades de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), firmaron con la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC por sus siglas en inglés) un acuerdo marco para el emplazamiento de esta estación, denominada oficialmente CLTC-CONAE-NEUQUEN, en un predio de 200 hectáreas en el paraje Quintuco Pilmathue, 30km. al norte de Bajada del Agrio y a 1.380 km. de Buenos Aires.[4]
El objetivo de dicha estación es albergar y operar una antena parabólica de 35 metros de diámetro que permitirá a su vez monitorear satélites chinos las 24 horas del día, y en especial, implementar el Programa de Exploración Lunar (Chang-E) para el cual el país asiático viene invirtiendo generosamente. A partir de su puesta en funcionamiento en 2016, la antena completará la infraestructura de comunicaciones necesaria para el alunizaje tripulado que Pekín proyecta realizar en el 2020, según lo expresado oficialmente por las partes.[5]
Como razones científicas para su localización se han enunciado la ausencia de interferencias y su posicionamiento en las antípodas del territorio chino, es decir, en el extremo terrestre opuesto, lo que le permitirá una cobertura de 180° en contraglobo. Sin embargo, es posible concebir que la motivación final se deba adicionalmente a las facilidades prometidas desde la Argentina. Las palabras del propio Sapag parecen confirmarlo: “China contaba con varios puntos para instalar la estación espacial, como La Pampa, Río Negro y hasta Chile y eligieron Neuquén, porque se sintieron bien tratados, respetados, contenidos y decidieron acompañar a la Provincia en una inversión tan importante”.[6] Este “buen trato” consiste fundamentalmente en la cesión provincial de 200 hectáreas en comodato por un extenso período de 50 años, sumado a la promesa por parte del ejecutivo nacional de una absoluta exención impositiva (punto que está actualmente en discusión en el Congreso argentino).[7] Asimismo, la gobernación neuquina se comprometió a construir una estación transformadora en Las Lajas para el abastecimiento de 1,5 megas de potencia, necesarias para operar la antena, y en especial, para establecer comunicación con los vehículos que se aproximen a la Luna (50 millones de km. de distancia).[8]
Pero a pesar de estas facilidades, la CONAE, en tanto contraparte científica, sólo tendrá un acceso limitado a la antena y sus sistemas. Según el art. 4 del acuerdo celebrado entre la CONAE y CLTC, aquella tendrá derecho a “la utilización efectiva […] del 10% del tiempo de la antena de espacio lejano, por año, no acumulable a través de los años. A tal fin, podrá instalar, mantener y operar equipamiento para procesamiento de datos a su propio cargo, sobre una base de no interferencia con las actividades de apoyo a las misiones de CLTC”.[9] Esto supone un empleo efectivo de 2 horas y 40 minutos diarios (o un total de 5 años en un lapso de 50 años) para las actividades nacionales, lo cual, sin embargo, estará sujeto al uso de la estación y los vuelos que China tuviere al espacio profundo, según lo establecido en el propio acuerdo marco y ratificado por el Secretario de Gestión Pública neuquino, Rodolfo Laffitte.[10]
En cuanto a su construcción, la obra ha sido entregada de manera directa a la firma China Harbour Engineering Company Ltd. (CHEC), una controvertida empresa que enfrenta denuncias por corrupción en países como Costa Rica, Jamaica, Bangladesh, Sri Lanka y las Islas Caimán, a tal punto que el Banco Mundial ha prohibido que sea beneficiaria de contratos financiados con fondos de este organismo.[11] El gobierno chino, por su parte, ha empleado en la última década a CHEC para concretar su “diplomacia de la infraestructura” (o del “estadio regalado”) y conquistar voluntades a través de multimillonarias inversiones en el resto de Asia, en África y en las Américas.[12] En el caso de la estación neuquina, CHEC ha subcontratado a su vez las tareas a Esuco S.A., empresa nacional que debe su éxito original a la adjudicación de importantes obras públicas en la provincia de Santa Cruz. Su titular, Carlos Wagner, ha sido involucrado en las denuncias de lavado de dinero que integran el caso Lázaro Báez y que salpican a la familia Kirchner.[13] La participación de Esuco ha garantizado al menos el empleo de mano de obra local, unos doscientos obreros, cuestión no menor si se tiene en cuenta que las inversiones chinas en el extranjero suelen ser criticadas por emplear mayoritariamente trabajadores chinos.[14]
Si estos elementos denotan una falta de equidad y de transparencia en la naturaleza y ejecución de la estación de observación china, debe además considerarse que el acuerdo marco posee dos anexos que no han sido divulgados al público, sobre cuyo contenido se tejen las más variadas especulaciones.[15] Es de esperar que este secretismo tenga mayores implicancias políticas en el corto plazo, tal lo sucedido con el acuerdo confidencial entre las petroleras YPF y Chevron celebrado en 2013.
Ahora bien, es válido preguntarse a estas alturas por los beneficios directos emanados del proyecto que configuran un escenario “ganar-ganar” en la perspectiva de los decisores argentinos.[16] En primer lugar, hay un fuerte componente económico. Urgido de divisas, al país le ingresarán un total de USD 300 millones por la construcción, de los cuales una parte menor (300 millones de pesos) ya están siendo empleados en la adquisición local de materiales y la contratación de obreros. Se estima que el monto restante volverá a salir para la importación de toda la electrónica, incluida la propia antena parabólica.[17] Con estos fondos se construirá al menos —el eufemismo es intencional— el tendido eléctrico desde Las Lajas para abastecer a la estación: una línea de 33 mil kilowatts en un recorrido de 60 km. Así todo, resulta imperativo cuestionar si el monto de la inversión justifica el acto de cesión de soberanía por cinco décadas, lo que amerita mayor debate y —¿por qué no?— una consulta popular a nivel provincial y nacional.
En segundo lugar, se ha argumentado sobre el prestigio y el avance científico-tecnológico que la estación deparará para la nación sudamericana. En palabras del Ministro de Planificación argentino y principal promotor, Julio De Vido,
“este proyecto es muy importante porque de esta manera nuestro país, que cuenta con gran experiencia, capacitación de recursos humanos y desarrollo propio en materia aeroespacial, como satélites de observación de la tierra, de telecomunicaciones y que está desarrollando su propio lanzador de satélites Tronador II, podrá también formar parte del reducido grupo de países que realizan exploración del universo.”[18]
Ciertamente, para la CONAE pudiera significar una provechosa instancia de intercambio y aprendizaje, teniendo en cuenta su destacada trayectoria e interés en el desarrollo satelital, así como el objetivo central del Plan Espacial Nacional 2004-2015: la generación de Ciclos de Información Espacial destinados a la optimización de actividades socioeconómicas en el país.[19]
Sin embargo, la consideración de la limitación temporal establecida para el uso propio de la antena y su supeditación a la demanda efectiva que China requiera de las instalaciones, nos llevan a relativizar el grado real de transferencia tecnológica y de aprovechamiento científico por el país sudamericano. La CONAE parece ser más bien el “convidado de piedra” del acuerdo.
De esta manera, se advierte un desbalance entre las concesiones otorgadas y los magros beneficios esperados. Asumiendo un comportamiento racional por parte de la Casa Rosada (y la gobernación de Neuquén), el proyecto sólo tiene lógica en tanto contraprestación hacia el gigante asiático a cambio de un mayor apoyo crediticio, financiero y diplomático, en el marco de una creciente vinculación de temáticas (issue linkage) mutuamente aceptada.[20] En otras palabras, el cálculo político argentino detrás del CLTC-CONAE-NEUQUEN excede la iniciativa específica de la antena e involucra los otros tópicos incluidos en la “asociación estratégica integral”, señalados a comienzos del artículo.[21] Tan atado se encuentra el destino de la estación de espacio lejano en Bajada del Agrio al resto de la agenda bilateral que en noviembre de 2014, el flamante embajador chino en Argentina, Yang Wanming, solicitó reunirse con senadores oficialistas que amenazaban con bloquear el proyecto en la cámara alta, para recordarles que escasas semanas atrás China había aceptado activar un tramo de 800 millones de dólares del swap de divisas, blindando las alicaídas reservas internacionales argentinas.[22] Un mes después el Senado aprobó el acuerdo y desde entonces sólo resta su tratamiento por parte de Diputados. Vale aclarar que la intervención del poder legislativo nacional responde a que sólo este poder puede autorizar las exenciones impositivas prometidas.
Mientras tanto, en Neuquén las obras continúan su marcha acelerada, amparadas por la autonomía provincial. A pesar de una huelga del gremio de la construcción (UOCRA) que paralizó las tareas por un par de semanas en septiembre de 2014, la última información disponible es que la antena será instalada en febrero de 2015 para entrar en operatividad en el transcurso del 2016.
La Argentina en la Guerra de las Galaxias
Si las implicancias hasta aquí señaladas de la estación de observación espacial china en Neuquén ya son de por sí onerosas al interés nacional argentino, resta una última consideración por abordar de notable trascendencia. Una de las principales críticas que el proyecto ha ocasionado es el temor por el uso militar de las instalaciones, el cual tomó estado público a partir de una columna del diario La Nación de septiembre de 2014, en la que se señaló la posibilidad “que desde las antenas […] puedan realizarse tareas de seguimiento de misiles.”[23] Lo cierto es que en los ocho artículos divulgados hasta ahora del acuerdo marco no figura expresamente la prohibición del uso militar.[24]
A manera de comparación, la estación china no significa una experiencia inédita en la Argentina pues en Malargüe, provincia de Mendoza, se encuentra desde diciembre de 2012 en pleno funcionamiento la Deep Space Antenna (DS-3) perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA).[25] El acuerdo y las características del emplazamiento (porcentaje de uso nacional, tamaño y potencia de la antena) son semejantes al caso de Bajada del Agrio, con la salvedad que en el primero sí se fijó taxativamente el uso civil exclusivo de la DS-3.
Ante la denuncia pública, funcionarios argentinos y la embajada de China en Buenos Aires desmintieron la posibilidad. Esta última afirmó que “en contraste con las inversiones comerciales, este proyecto es una obra pública de uso civil, sin fines de lucro, y no tiene participación de militares.” Desde la CONAE, por su parte, sostuvieron que “[la estación] contendrá equipamiento apuntable a un sector determinado del espacio, pero no servirá para seguimiento de misiles ni móviles veloces.”[26]
En efecto, sostenemos que hay terreno suficiente para sospechar de los fines pacíficos del programa espacial chino. Dos elementos fundamentales nutren esta afirmación. Primero, la CLTC, responsable operativa de la antena en Quintuco Pilmathue, nació y aún permanece bajo el control directo de las Fuerzas Armadas chinas, a pesar de los esfuerzos oficiales por deslindarla con el fin de apuntalar su expansión en el mercado internacional aeroespacial. Su director aún sigue siendo la máxima autoridad en el Departamento General de Armamento del Ejército Popular de Liberación, y la agencia continua siendo responsable de emitir advertencias y notificar al alto mando militar sobre la trayectoria de cohetes y vehículos espaciales propios y ajenos. Este vínculo le ha generado inconvenientes con clientes extranjeros, como el gobierno australiano, que han demandado la autonomización de los sistemas de telemetría, seguimiento y comando que CLTC ofrece.[27] Es válido entonces sugerir nuevamente la pregunta, ¿estará la estación de observación de espacio profundo desvinculada completamente de usos militares?
En segundo lugar, y estrechamente relacionado, es necesario atender brevemente a la naturaleza real del programa espacial del gigante asiático. Más allá de su evidente éxito, la estrategia aeroespacial china, bajo control de las Fuerzas Armadas, ha sido concebida también para garantizar la proyección militar del país a lo largo y ancho del globo.[28]
Uno de sus más controvertidos desarrollos es el programa de capacidades anti-satelitales (ASAT por sus siglas en inglés), el cual resulta una verdadera afrenta para la red de sensores orbitales que las fuerzas armadas estadounidenses utilizan tanto en tareas de espionaje y coordinación de acciones de campo, como para guiar su armamento de precisión.[29] Este punto ha sido reconocido recientemente por James R. Clapper, Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, en una presentación ante el Senado de su país.[30] Asimismo, también se destaca el dominio creciente de interceptores kinéticos anti-misilísticos y, más recientemente, de vehículos hipersónicos estratosféricos.
Nótese que en los últimos años, en el marco del debate sobre el “ascenso pacífico” de China, ha cobrado fuerza la noción de una carrera armamentística en curso entre Washington y Pekín con eje en Asia-Pacífico.[31] En lo que nos concierne, esta competencia parece estar superando el “parroquialismo terrestre” y trasladándose fuera de la Tierra.[32] Así como aconteció en la década de 1980 con la Iniciativa de Defensa Estratégica del ex presidente norteramericano Ronald Reagan, actualmente la comunidad internacional se enfrenta al escenario de la nueva Guerra de las Galaxias. A pesar de las garantías que reiteradamente ofrece la diplomacia asiática, se acumulan manifestaciones de tensión y desencuentros dignas de seguimiento. En un breve repaso, se destacan las siguientes:
- Agosto de 2006: China empleó un láser para intentar “cegar” un satélite estadounidense espía que sobrevolaba su territorio.
- Enero de 2007: tras dos décadas de ausencia consentida de pruebas antisatelitales entre los Estados Unidos y Rusia, China lanzó, sin aviso previo y a manera de test, un misil tierra-aire con el que derribó un satélite meteorológico propio (FY-1C), ocasionando el más grave incidente de escombros orbitales hasta ahora registrado (los cálculos varían llamativamente de 2.000 a 300.000 fragmentos).
- Febrero de 2008: los Estados Unidos derribaron también un satélite propio (USA 193) sobre el Pacífico, bajo el argumento de que se encontraba en estado defectuoso. Cables obtenidos por Wikileaks, sin embargo, confirmaron que se trató de una acción militar premeditada. China protestó formalmente.[33]
- Ese mismo mes, según fuentes chinas, los Estados Unidos probaron en secreto un “sistema láser aéreo”, de carácter ofensivo, capaz de destruir un misil aún en fase de lanzamiento. En simultáneo, una delegación conjunta sino-rusa presentó una propuesta de acuerdo internacional ante la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas para prohibir las armas espaciales. La Casa Blanca desestimó la misma por considerar que “prohibía o limitaba el acceso o el uso del espacio” y aludió a problemas de verificación.[34]
- Junio de 2008: ambos países entablan tensas negociaciones en materia de desarme. La delegación china manifestó que su país “no es aliado ni enemigo” de los Estados Unidos.
- Noviembre 2, 2009: el general Xu Qiliang, jefe de la fuerza aérea china, declaró en el periódico oficial Ejército de Liberación Popular que “la competencia militar […] se está expandiendo más allá de la atmósfera e incluso hacia el espacio exterior. [Y] que este desarrollo es históricamente inevitable.” La Cancillería le contravino y sostuvo en cambio que el país “nunca participará de una carrera armamentista espacial.”[35]
- Enero de 2010: China efectuó el primero de sus tres pruebas anti-balísticas. Con un vector SC-19 lanzado desde Korla en China occidental, logró interceptar con éxito un misil balístico de rango medio (CSS-X-11) a 1.100 km. distancia. Se sospecha que el vector fue el mismo modelo empleado en el año 2007. La cancillería asiática reconoció la prueba y expresó que “su naturaleza fue defensiva y no dirigida hacia ningún país en particular.”[36]
- Noviembre de 2011: los Estados Unidos probaron por primera vez un vehículo hipersónico (AHW).
- Enero de 2013: China realizó el segundo test anti-balístico a gran altura empleando tecnología kinética. De acuerdo con Global Times, horas antes los Estados Unidos concretaron una prueba similar.[37]
- Mayo de 2013: los Estados Unidos desplegaron una segunda aeronave hipersónica, -el Boeing X-51, que alcanzó cinco veces la velocidad del sonido (mach 5).
- Enero de 2014: China probó con éxito su propio vehículo hipersónico (WU-14), considerado capaz de acarrear misiles balísticos y misiles cruceros. La aeronave alcanzó sorprendentemente mach 12, siendo así hipotéticamente capaz de recorrer la distancia entre Pekín y Washington en 45 minutos. Tal tecnología es considerada capaz de burlar el sistema anti-balístico estadounidense en vigencia.[38]
- Junio de 2014: Rusia y China presentaron un borrador revisado de su propuesta de 2008. Los Estados Unidos nuevamente se opusieron al mismo argumentando, entre otros puntos, que excluía los sistemas ASAT.
- Julio de 2014: China completó con éxito su tercer test anti-balístico.
En esencia, esta cadena de eventos e incidentes evidencia una disputa estratégica creciente a escala global entre las dos principales potencias del siglo XXI, que se alimenta y retroalimenta con cada mínimo acto o postura desafiante.[39]
Asimismo, intuimos que esta perspectiva de análisis estuvo completamente ausente en la mesa de decisiones del gobierno sudamericano, dado que los organismos de inteligencia de sus fuerzas armadas argentinas no fueron consultados oportunamente al respecto.
Consideraciones Finales
Con este panorama de fondo y a manera de conclusión, resulta estratégicamente arriesgado para la Argentina confiar en que el sitio CLTC-CONAE-NEUQUEN, operado por una agencia que responde al alto mando castrense en Pekín, sea empleada exclusivamente para fines científicos y pacíficos. Bien por el contrario, al ceder suelo nacional para su instalación, más que volverse partícipe de la “carrera espacial,” el país sudamericano se volverá un escaque trascendente en la nueva Guerra de las Galaxias, una contienda que supera ampliamente sus capacidades nacionales.
En todo caso, el optimismo argentino respecto de este proyecto es parte del imaginario existente en referentes del ámbito político y académico nacional respecto de que China es la locomotora que impulsará a la Argentina hacia su desarrollo en las décadas venideras. A nuestro entender, esta presunción desconoce las lecciones que la historia ofrece sobre el fenómeno de las disputas hegemónicas en el sistema internacional, así como también sobre el establecimiento de relaciones exteriores subordinadas con alguna gran potencia.
Por todo ello, a menos que el gobierno de Fernández de Kirchner o el que le suceda revea las condiciones preferenciales de radicación y uso otorgadas a la CLTC; haga públicos la totalidad de los convenios; garantice la irrestricta finalidad pacífica de las instalaciones y, en definitiva, establezca criterios democráticos para enfrentar la asimetría que define la relación bilateral con China, la base en Bajada del Agrio permanecerá en las antípodas, sí, pero del sentido común y el realismo político.
Por: Lic. Jorge Ignacio Frechero. Comentarista Invitado del Consejo de Asuntos Hemisféricos.
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Referencias:
Imagen destacada tomada por: Gelpgim22 (Sergio Panei Pitrau). “Tecnópolis cohete Tronador II”. Fecha: 19.08.2011. Obtenida en: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tecn%C3%B3polis_cohete_Tronador_II.JPG?uselang=da
[1] Ver “La construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic permitirá mejorar la matriz energética del país”, Télam (julio 18, 2014), http://www.telam.com.ar/notas/201407/71614-la-construccion-de-las-represas-nestor-kirchner-y-jorge-cepernic-permitira-mejorar-la-matriz-energetica-del-pais.html; “China desembolsó los primeros US$ 370 millones para el Belgrano Cargas”, Télam (septiembre 24, 2014), http://www.telam.com.ar/notas/201409/79344-china-desembolso-los-primeros-us-370-millones-para-el-belgrano-cargas.html; “Argentina y China firman contrato marco para Atucha III y ratifican asociación estratégica”, Prensa. Ministerio de Planificación (septiembre 3, 2014), http://www.minplan.gob.ar/noticia/17009/argentina-y-china-firman-contrato-marco-para-atucha-iii-y-ratifican-asociacion-estrategica.html; y “Bancos Centrales de Argentina y China firmaron swap por 11 mil millones de dólares”, Télam (julio 18, 2014), http://www.telam.com.ar/notas/201407/71600-bancos-centrales-de-argentina-y-china-firmaron-swap-por-11-mil-millones-de-dolares.html.
[2] Ver Frechero, Jorge Ignacio, “Argentina y los Buitres: Una Disputa Política en Múltiples Planos”, Cohistas (noviembre 7, 2014), https://cohalatina.wordpress.com/2014/11/07/argentina-y-los-buitres-una-disputa-politica-en-multiples-planos/.
[3] Tratamos de manera breve la preocupación sobre este patrón comercial y también el patrón de inversiones chinas en “China y Argentina. El amanecer de un vínculo asimétrico”, Comunicación Ambiental (febrero 22, 2012), http://www.comambiental.com.ar/2012/02/las-relaciones-entre-china-y-argentina.html. Ver también Bolinaga, Luciano, “¿Cooperación Sur-Sur o reprimarización productiva? Análisis del comercio entre China y América Latina a principios del siglo XXI”, XIV Congreso Internacional de ALADAA (La Plata, Agosto 13-14, 2013), http://www.academia.edu/7553018/_Cooperaci%C3%B3n_Sur-Sur_o_reprimarizaci%C3%B3n_productiva_An%C3%A1lisis_del_comercio_entre_China_y_Am%C3%A9rica_Latina_a_principios_del_siglo_XXI.
[4] Las alternativas de emplazamiento consideradas por científicos chinos incluyeron territorios en Río Negro, Mendoza, Catamarca y La Rioja.
[5] Otras dos antenas de espacio profundo se encuentran instaladas en el propio territorio chino. Asimismo, vale mencionar que Programa de Exploración Lunar se estructura en las siguientes etapas: Chang-E 1 y Chang-E 2: llegada de las naves y sobrevuelo de la Luna; Chang-E 3 y Chang-E 4: orbitar, alunizar y desplazarse sobre la superficie lunar; y Chang-E 5: orbitar, alunizar y recoger muestras del suelo lunar y volver a la Tierra con dichas muestras. Ver CONAE, “Apoyo de Argentina al programa de China de Exploración de la Luna” (agosto 2012), http://www.conae.gov.ar/prensa/CONAE_Argentina_China_Agosto2012.pdf.
[6] “Avanza la estación espacial china de Bajada del Agrio”, Rionegro.com.ar (Marzo 12, 2014), http://www.rionegro.com.ar/diario/avanza-la-estacion-espacial-china-de-bajada-del-agrio-1816691-9701-nota.aspx.
[7] El artículo 2 del acuerdo específico de cooperación entre los gobiernos argentino y chino, sostiene: “Todas las operaciones de comercio exterior, realizadas por el Gobierno de China, para el establecimiento, construcción y operación de la estación del espacio lejano en la Provincia de Neuquén, así como también las compras y contrataciones de bienes, obras, locaciones o prestaciones de servicios realizadas en la Argentina, estarán exentas de todo impuesto y/o derecho aduanero, los impuestos internos, así como también de los impuestos nacionales al consumo, incluido el I.V.A.”
[8] “Conocé la obra de la Estación Espacial China”, lmneuquen (Junio 11, 2014), http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2014/6/11/conoce-la-obra-de-la-estacion-espacial-china_227174.
[9] Acuerdo de cooperación en el marco del programa chino de exporación de la luna entre el CLTC y la CONAE para establecer instalaciones de seguimiento terrestre, comando y adquisición de datos (julio 2012), http://riocoloradonoticias.com.ar/wp-content/uploads/2014/09/acuerdo-estaci%C3%B3n-china.pdf.
[10] “La estación espacial china comenzará a funcionar en el año 2016”, Gobierno de la Provincia de Neuquén (Septiembre 3, 2014), http://w2.neuquen.gov.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=6256:la-estacion-espacial-china-comenzara-a-funcionar-en-2016&catid=2:noticias&Itemid=39.
[11] La exclusión rige a consecuencia de los lazos empresariales entre CHEC y la China Communications Construction Company Limited (CCCC), que se encuentra sancionada desde el 2009. “World Bank banned China Harbour Engineering Company”, Sri Lanka Guardian (Febrero 20, 2014), http://www.srilankaguardian.org/2014/02/world-bank-banned-china-harbour.html.
[12] “País atrapado en la diplomacia del estado regalado”, Semanario Universidad (Noviembre 26, 2013), www.semanariouniversidad.ucr.cr/opinion/12013-pais-atrapado-en-la-diplomacia-del-estadio-regalado.html.
[13] “Carlos Wagner, el ‘preferido’ de Cristina para obras públicas”, Perfil (Mayo 29, 2014), http://www.perfil.com/politica/Carlos-Wagner-el-preferido-de-Cristina-para-obras-publicas-20140529-0028.html.
[14] Recientemente, este tema ha cobrado publicidad dado que el gobierno en Pekín, a través de la empresa HKND, planea trasladar 12.500 trabajadores chinos para participar en la construcción del canal interoceánico en Nicaragua.
[15] Sumado a ello, el artículo 10 del acuerdo CONAE-CLTC establece que “ambas partes mantendrán la confidencialidad respecto de la tecnología, actividades y programas de seguimiento, control y adquisición de datos, así como de toda información de equipamiento, etc. relacionados con sus actividades en el Sitio”.
[16] “La empresa China CLTC confirmó que en 2016 empezará a funcionar la estación espacial en Neuquén”, Prensa. Ministerio de Planificación (Septiembre 2, 2014), http://www.minplan.gob.ar/noticia/16968/la-empresa-china-cltc-confirmo-que-en-2016-empezara-a-funcionar-la-estacion-espacial-en-neuquen.html.
[17] Ver Durán, Andrea: “Conocé el proyecto de estación espacial China que revoluciona Las Lajas”, Rionegro.com.ar (Septiembre 22, 2014), http://www.rionegro.com.ar/diario/conoce-el-proyecto-de-estacion-espacial-china-que-revoluciona-las-lajas-4501243-9701-nota.aspx.
[18] “Empresa china ampliará inversiones en Neuquén”, Sala de Prensa. Presidencia de la Nación (Septiembre 2, 2014), http://prensa.argentina.ar/2014/09/02/52529-empresa-china-ampliara-inversiones-en-neuquen.php.
[19] Ver “Plan Espacial Nacional”, CONAE, http://www.conae.gov.ar/index.php/espanol/plan-espacial-nacional.
[20] Por issue linkage se entiende un enfoque o estrategia de negociación internacional en la que se rompe el hermetismo típico entre temas de agenda de diferente naturaleza (por el cual, por ejemplo, las negociaciones comerciales se efectúan de manera aislada a las negociaciones políticas) y se integran los mismos en una misma mesa de trabajo. La lógica de ello yace en la presunción de que “si algunos países ganan al cooperar en un tema económico dado mientras otros países ganan al cooperar en otro tema, al vincular ambos tópicos es posible obtener un acuerdo que sea beneficioso para todas las partes.” Carraro, Carlo y Carmen Marchiori, “Endogenous Strategic Issue Linkage in International Negotiations”, Nota di Lavoro 40 (Coalition Theory Network, abril 2003), http://www.feem.it/userfiles/attach/Publication/NDL2003/NDL2003-040.pdf.
[21] Ver “Argentina y China suscribieron un acuerdo de asociación estratégica integral”, Casa Rosada. Presidencia de la Nación Argentina (Julio 18, 2014), http://www.presidencia.gob.ar/informacion/actividad-oficial/27725-argentina-y-china-suscribieron-un-acuerdo-de-asociacion-estrategica-integral.
[22] Di Natale, Martín, “Malestar de China por el freno en el Senado a la estación espacial”, La Nación (Noviembre 11, 2014), http://www.lanacion.com.ar/1742813-malestar-de-china-por-el-freno-en-el-senado-a-la-estacion-espacial.
[23] Dinatale, Martín, “Preocupa el eventual uso militar de un área espacial de China en el Sur”, La Nación (Septiembre 8, 2014), http://www.lanacion.com.ar/1725382-preocupa-el-eventual-uso-militar-de-una-estacion-china-en-neuquen.
[24] El acuerdo CONAE-CLTC de 2012, en su artículo 3, ofrece el siguiente intento de precisión de actividades: “2. El Sitio CLTC-CONAE-NEUQUEN será utilizado […] con el propósito exclusivo de apoyar actividades tales como la exploración interplanetaria y el estudio del espacio lejano, la observación astronómica, el seguimiento y control de satélites en órbita y la adquisición de datos”. Obsérvese que las últimas dos actividades son lo suficientemente ambiguas como para albergar tanto operaciones civiles como militares.
[25] Ver “Nota de Prensa DSA 3 Malargüe”, CONAE (diciembre 10, 2012), https://2mp.conae.gov.ar/descargas/Noticias/Tecnologia_Espacial/ESA%20-%20Nota%20de%20Prensa%20DSA-3%20Malarg%fce.pdf.
[26] En “Pekín y el Gobierno minimizan las críticas”, La Nación (Septiembre 8, 2014), http://www.lanacion.com.ar/1725383-pekin-y-el-gobierno-minimizan-las-criticas.
[27] “China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC)”, NTI (James Martin Center for Nonproliferation Studies, 2012), http://www.nti.org/facilities/124/.
[28] El éxito del programa espacial se sustenta en un conjunto de hitos donde destacan: haber sido la tercer nación en colocar un astronauta fuera de la Tierra (2003); los numerosos lanzamientos que año tras año realiza; su propia estación espacial propia (Tiangong-1, 2009); y el haber desplegado en la superficie lunar un robot de exploración (Yutu, 2013).
[29] “Chinese Anti-Satellite [ASAT] Capabilities”, Global Security.org (s.f.), http://www.globalsecurity.org/space/world/china/asat.htm.
[30] Sankaran, Jaganath, “China’s Deceptively Weak Anti-Satellite Capabilities”, The Diplomat (noviembre 13, 2014), http://thediplomat.com/2014/11/chinas-deceptively-weak-anti-satellite-capabilities/.
[31] Ver Sharma, Amol, Jeremy Page, James Hookway y Rachel Pannett, “Asia’s New Arms Race”, Wall Street Journal (febrero 12, 2011), http://www.wsj.com/articles/SB10001424052748704881304576094173297995198; Leong, Keith, “An Arms Race Explodes in Asia-Pacific”, Asia Sentinel (junio 26, 2014), http://www.asiasentinel.com/society/arms-race-explodes-asia-pacific/; y Harner, Stephen, “DoD Plans Next Stage Arms Race With China; Deputy Secretary of Defense Work Speech To CFR”, Forbes (septiembre 30, 2014), http://www.forbes.com/sites/stephenharner/2014/09/30/dod-plans-next-stage-arms-race-with-china-deputy-secretary-of-defense-work-speech-to-cfr/.
[32] Morini, Daryl, “The Coming U.S.-China Space Race”, The Diplomat (agosto 15, 2012), http://thediplomat.com/2012/08/a-u-s-china-space-race-in-the-offing/.
[33] Ver “DEMARCHE FOLLOWING CHINA’S JANUARY 2010 INTERCEPT FLIGHT-TEST (Wikileaks declassified document)”, The Telegraph (febrero 2, 2011), http://www.telegraph.co.uk/news/wikileaks-files/china-wikileaks/8299323/DEMARCHE-FOLLOWING-CHINAS-JANUARY-2010-INTERCEPT-FLIGHT-TEST.html.
[34] Cumming-Bruce, Nick, “U.N. Weighs a Ban on Weapons in Space, but U.S. Still Objects”, The New York Times (febrero 13, 2008), http://www.nytimes.com/2008/02/13/world/europe/13arms.html?_r=0.
[35] En Chang, Gordon, “The Space Arms Race Begins”, Forbes (noviembre 6, 2009), http://www.forbes.com/2009/11/05/space-arms-race-china-united-states-opinions-columnists-gordon-g-chang.html.
[36] Keck, Zachary, “China Conducts Third Anti-Missile Test”, The Diplomat (julio 24, 2014), http://thediplomat.com/2014/07/china-conducts-third-anti-missile-test/.
[37] Tianran, Xu, “China’s anti-missile test successful: govt”, Global Times (enero 29, 2013), http://www.globaltimes.cn/content/758804.shtml.
[38] Rawle, Tom, “STAR WARS: China beats US to testing 9,127mph HYPERSONIC missile carrier”, Daily Star (enero 14, 2014), http://www.dailystar.co.uk/news/latest-news/360447/STAR-WARS-China-beat-US-to-testing-9-127mph-HYPERSONIC-missile-carrier.
[39] En la carrera armamentista participa también Rusia, quien ostenta su propio programa bélico espacial, sin embargo no tenemos espacio aquí para su análisis.
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