La Tierra de lo Bizarro: El Cartel del Golfo Ayuda a Damnificados de Tamaulipas

El Huracán Ingrid, que azotó a varias comunidades del noreste mexicano particularmente en la región de Tamaulipas, ha pasado a segundo plano. Lo bizarro, a falta de una mejor palabra, es quienes han prestado ayuda a los damnificados de esa región. Usualmente cuando hay un desastre natural, los primeros en responder son las agencias de un gobierno: por ejemplo en Estados Unidos las agencias federales y la sociedad civil prestaron ayuda a los miles de damnificados luego del Huracán Katrina de 2005 y en Perú, el gobierno se movilizó luego que un gran terremoto destruyera extensas áreas en la Región Ica en el 2007. Sin embargo en el antes mencionado estado de México, los primeros en ayudar a varias comunidades han sido bandas criminales. Específicamente, el Cartel del Golfo (CDG) ha dado víveres y medicamentos a los damnificados   en esta región a causa de Ingrid. Esta iniciativa no hace sino incrementar la popularidad y legitimidad de este cartel entre la sociedad civil mexicana, algo que debería ser visto como muy alarmante para el futuro del gobierno de ese país.

Ingrid y el CDG

El Huracán Ingrid, de Categoría 1, golpeó al Valle del Rio Grande a mediados del mes de Septiembre, seguido por la Tormenta Tropical Manuel. Varias comunidades de la región, tanto de Tamaulipas como del Estado de Texas en Estados Unidos, han sido particularmente afectadas. Se han perdido alrededor de 100 vidas en México y hay más de 60 desaparecidos de acuerdo a los últimos reportes.[1]

La devastación fue tan masiva que varias comunidades quedaron muy golpeadas, con efectos poco predecibles. Por ejemplo, las fuertes tormentas provocaron la inundación de pantanos cerca a las comunidades urbanas de Tampico, Madero y Altamira. El resultado del paso de los fenómenos naturales es que los cocodrilos de pantano que habitan las zonas antes mencionadas fueron desplazados de su ecosistema por las lluvias, que los empujaron a zonas urbanas. Entre los tres municipios antes mencionados, ya se han capturado 25 cocodrilos, de 0.5 a 3 metros de longitud.[2]

Sin embargo no ha sido la devastación de esta región (que en algunos medios periodísticos abrió un debate del cambio climático y el calentamiento global y como afectan a Latino América) ni los cocodrilos, los que han hecho noticia.[3] Ni siquiera la falta de ayuda inmediata de parte del gobierno mexicano y las fuerzas de seguridad es lo más saltante de esta trágica historia. Más bien, lo más destacado de Ingrid y Manuel es que el Cartel del Golfo ha dado víveres y medicinas a los ciudadanos mexicanos afectados en Tamaulipas. Según se ha reportado en varios medios periodísticos, “varias toneladas de víveres a cientos de habitantes de Aldama y municipios del sur del Estado.”[4] De acuerdo a las imágenes del video en YouTube y reportes periodísticos, varias camionetas entraron al centro comercial de Andama y repartieron víveres necesarios como agua, arroz, harina de maíz, leche, jugos y galletas.[5]

Es más, el Cartel del Golfo está usando como un medio publicitario, tanto la devastación como la ayuda que ha proporcionado a los afectados en la región. Específicamente un video ha aparecido en YouTube, aparentemente creado por miembros del CDG, en donde se muestra “el lado humano” de la organización, que ayuda a los pobladores de Tamaulipas. Es más, los famosos memes (fotos con una leyenda pequeña), no se han hecho esperar. En uno, se aprecia una foto de miembros del CDG repartiendo víveres a personas que usan paraguas para protegerse de la lluvia – la leyenda de la foto dice “Si ayudan es porque tienen corazón.”[6]

El hecho que un grupo criminal como el CDG pueda llevar a cabo este tipo de iniciativas es preocupante. Algunas de las varias preguntas que uno se tiene que hacer incluyen: ¿En donde estaban las autoridades estatales y federales? ¿Es que conocían de esta iniciativa y la aprobaron o es que ocurrió sin su conocimiento? ¿Cómo adquirió el CDG los víveres que repartió?

Latino América: Entre El Terror y Ganar Adeptos

Sería erróneo declarar que este tipo de iniciativas son nuevas en la realidad Latino Americana. La verdad es que, a la par que existen grupos violentos en la región, también hay otros grupos que son violentos, pero que llevan a cabo obras e iniciativas para ganar el apoyo de la población local donde operan.

Ejemplos de movimientos armados y extremamente violentos en Latino América abundan, uno de ellos es el grupo insurgente Maoísta-Socialista del Perú, llamado Sendero Luminoso. Este movimiento terrorista sembró el terror en el país andino durante la década de los ochenta y principios de los noventa, con el objetivo de traer abajo al gobierno y crear uno nuevo con su líder, Abimael Guzmán, como nuevo jefe de estado (el nombre de guerra de Guzmán era Presidente Gonzalo). Varios especialistas y académicos peruanos que han estudiado a Sendero lo describen como un grupo “mesiánico.” Es decir, Sendero vio a cualquier individuo o entidad como el enemigo, si es que este no aceptada la ideología senderista/maoísta. No es sorpresa cuando se lee reportes de como Sendero llevó a cabo una guerra contra el gobierno peruano y las fuerzas del orden. Pero estos insurgentes también atacaron repetidamente a entidades civiles, como federaciones de trabajadores. Además, Sendero fue particularmente brutal contra los miembros de la Iglesia Cristiana (sin importar su denominación) ya que el mando senderista veía a la religión como el enemigo. Dado estos actos de extrema violencia, Sendero perdió adeptos y seguidores entre la población peruana, lo que ayudó a que se debilite militarmente.

Por otro lado, han habido entidades criminales cuyos líderes han querido mantener un apoyo entre una población, ya sea por razones personales (por ejemplo, el ego de un líder) o por razones operacionales (para tener seguidores que sirvan como informantes o que den ayuda a miembros de una organización criminal). Un ejemplo de un líder criminal que quería ser adorado es Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín en Colombia hasta que fue eliminado por agentes de seguridad en 1993. Como bien lo describió Mark Bowden en su famoso libro “Killing Pablo: The Hunt for the World’s Greatest Outlaw,” Escobar no quería ser simplemente poderoso y rico, quería ser amado por el pueblo como un “Robin Hood” colombiano. Esta ambición se evidencia en  todas las obras sociales que el colombiano llevó a cabo en su natal Antioquia para ganar el apoyo de la población local, como la construcción de campos de futbol, torres eléctricas y  donaciones a las parroquias locales, entre otras.

Hasta el Sendero Luminoso del 2013, aun debilitado, está intentando ganar seguidores y simpatía entre las nuevas generaciones ya sea vía la palabra o el dólar, en vez de la violencia. Por ejemplo, una ONG peruana llamada MOVADEF (Movimiento por Aministia y Derechos Fundamentales) tiene como secretario general a Alfredo Crespo, el abogado de Abimael Guzmán.[7] El objetivo de esta organización es enseñar a las nuevas generaciones de peruanos una versión distorsionada de la historia del Perú, donde Abimael Guzmán y sus seguidores son perseguidos políticos, no terroristas, y los crímenes que se les imputan (como las masacres en los Andes peruanos) son o invenciones del Estado o crímenes llevados a cabo por el Estado pero que fueron atribuidos a Sendero. En la Amazonía peruana, es sabido que el nuevo Sendero paga en dólares a los campesinos pobres a cambio de víveres, el cultivo de coca (la base de la cocaína) y otros tipos de ayudas.

Finalmente, los carteles mexicanos no se quedan atrás en cuanto a ganar adeptos vía obras sociales, a mediados del 2012, hubo una controversia grande en México cuando se hizo conocido que una inmensa capilla en Pachuca, en el centro del país, había sido construida con dinero de sangre. Es decir, los fondos para construirla habían provenido del entonces líder del cartel de los Zetas, conocido como “El Lazca.” [8] Aunque la iglesia fue bautizada como el “Centro de Evangelización Juan Pablo II,” rápidamente se le re-bautizó popularmente como una “narcocapilla.”[9]

Un año después, en Julio del 2013, ha habido nuevas acusaciones de que la Iglesia católica en México está recibiendo donaciones de los carteles. Debido a esto, el Monseñor de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo, declaró a la prensa que “He sido cuidadoso en ese aspecto. Cuando alguien ofrece ciertas cantidades de dinero pregunto de donde proviene. Y si cuando reconocen con humildad, les digo que no puedo aceptárselo.”[10] Es difícil pensar que, dado las millonarias cantidades de dinero que los carteles mexicanos manejan hoy en día, los miembros de la Iglesia católica en México (o de cualquier otra fe) sean impunes a la corrupción y otros actos ilegales.

Conclusión

La destrucción en el Estado mexicano causada por el Huracán Ingrid es una gran tragedia, por el lado que se le vea. Pero más preocupante es que fue el Cartel del Golfo y no el gobierno mexicano quien  prestara ayuda el  a los damnificados de las comunidades de este estado. El mismo cartel al que se le acusa de haber botado 49 cuerpos mutilados por una carretera en Nuevo León en el 2012; es el mismo que ahora quiere demostrar que tiene un corazón y quiere ayudar a sus compatriotas de Tamaulipas.[11]

Esta una situación irónica, bizarra, pero no única. Grupos violentos como el Cartel de Medellín de Pablo Escobar durante la década de los ochenta, o el Cartel de los Zetas y Sendero Luminoso en años recientes, también han intentado ganar simpatía entre sus respectivas poblaciones. Esperaremos conocer la respuesta que llevará a cabo el gobierno mexicano.

W. Alejandro Sánchez, Analista de Seguridad y Research Fellow en el Consejo de Asuntos Hemisféricos